domingo, 6 de abril de 2014

Generación perdida






Cada vez que subo a un taxi colectivo siento como si hubiera asistido a una sesión frente a un psiquiatra loco. Qué manera de hablar, la de los taxistas, qué ganas de querer siempre tener la razón, como si imponer una idea te hiciera ganar algo en la vida. “Las ideas no se imponen, sólo se exponen”. El título de hoy fue: “El mal comportamiento de nuestros jóvenes, tan distante que el de nuestra época” Sí, ya sé que es muy largo y adefesiero el título, pero no se puede poner de otra forma. Ese título refleja el orgullo que sienten algunas personas de haber sido criados a punta de coscorrones y correazos, a diferencia con los jóvenes de esta época (gracias a los nuevos métodos de enseñanza que nos impone la psicología universal, que bien enseñados hacen que las personas sean buenas en la vida) Se hablaba de lo bueno de las “sanas palomilladas” y claro, lo de siempre, culpando a la tecnología de todo lo malo del universo. Todos los panelistas eran de mi generación, como casi todos los días, enorgulleciéndose de cómo habían sido criados. Pero como yo soy bien “cagafiestas”, antes que me bajara, les dejé una pregunta que, a juzgar por sus caras de mierda que me pusieron, sentí que mañana me van a agarrar en mancha:
¿Quiénes han criado a esta generación?
Creo que mañana caminaré a la fábrica como que hago ejercicio.

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