viernes, 21 de marzo de 2014

Significado de un nombre

Si hoy naciera una hija mía, (cosa que no va a ocurrir porque, que yo recuerde, hace nueve meses no he fecundado ningún óvulo) le buscaría un nombre interesante, que refleje personalidad, carácter, estilo; que vaya con lo que deseo para ella. Barajo varios nombres, pero escojo cuatro. Son famosos en mi país. Empiezo por Pilar, no, para nada, proviene del nombre de la virgen de Zaragoza “advocación Aragonesa”, no, lo rechazo, ya mis tres hijas se llaman Mercedes en su segundo nombre. Continúo con el segundo, Susana, no, tampoco, lo rechazo, dícese de la mujer que es como la azucena, no que va, para nada, no quiero “florcitas” en mi familia. El tercero es Eliane, suena como loca, y es Francés, pero como soy “recontracholo”, lo descarto, además significa “Hija del sol” y nicagando, me digo, vayan a decir que me “atrasó” el astro rey. Mejor me quedo con el tercero. Suena bonito, significa  “La valentía de un oso” Ese queda, es el que prefiero, nada de “pilares” ni “Florcitas, tampoco nombres Afrancesados. Ya lo tengo, sería el cuarto nombre: Nadine “La valentía de un oso”
Pero no se asusten, no tendré otra hija, ya estoy viejo para estos menesteres. Sólo estaba imaginando.

domingo, 16 de marzo de 2014

¿TIENES MIEDO?






Los ejemplos podrían ser miles y, si bien existen circunstancias que generan temor en la mayoría de las personas, los miedos, creo yo, son algo bastante individual y dependerán de cada persona en particular.
¿A qué le tengo miedo?
A morirme antes de que mi última hija culmine sus estudios superiores, por ejemplo, pero es algo que no se experimenta. Y lo otro, a los movimientos telúricos; eso sí que me deja postrado en en lugar donde me encuentro, es como si algún luchador de artes marciales mixtas me sujetara con fuerza. Lo de ayer, me sorprendió. "No hubo tal luchador", de repente corrió antes que yo porque sintió, al igual que todos, que Paita nunca se había movido de esa manera, al menos no después del terremoto del setenta cuando ni siquiera estábamos en los genitales de nuestros padres. Tengo que confesar: Sentí mi sangre fluir a mis extremidades inferiores, y, olvidándome de los míos, corrí hacia la puerta de la calle, pero no fui el único porque en el apuro, choqué con mi vecino y, desde la calle gritábamos a nuestras familias para que salieran. Llámenme cobarde, maricueca o como quieran, pues me lo merezco, pero nunca mentiroso porque les digo la verdad. Lo que me llamó la atención fue la forma como salieron mi mujer y mis hijas, en orden, como en los simulacros que hacen en sus colegios, en fila india, protegiéndose entre ellas. Siempre soñé con rescatar gente, pero al igual que en Pisco cuando un niño cayó desde ese muelle alto, al mar, y no hice nada por ayudarlo, mientras otro joven, sin dudar y sin pensar que podía clavarse en algún fierro, se lanzó y salvó a aquel pequeño (que ni su padre pudo hacerlo) me he dado cuenta que jamás seré un héroe; que no tendré un busto en alguna plaza, ni recordarán, de mí, hazaña alguna; que mis hijas me pueden dar ejemplos con lo que aprenden en la escuela; que mi mujer es mucho mas fuerte que yo. Me he dado cuenta, una vez más, que soy un pobre y triste mortal.
¿Y tú, a qué le tienes miedo?